EL CREPÚSCULO...de los NO dioses...

Si existe algo...
quizás...
que debieran recetar
con indiscriminada generosidad...
los profesionales de la medicina
son sin ninguna duda...
los crepúsculos.

Deberían recetarlos...
sin embargo..
no en píldoras
ni en cápsulas...

ni tan siquiera...
en tabletas
o granulados efevescentes...
de los que una mezcla
con unos centilitros de agua...

...no...

Deberían ser recetados...
en su formulación química
más pura...

En vivo y en directo.

Pero en un vivo y directo...
de los más genuinos...
De los de verdad.
De los auténticos.
De los de aire con piel.

Sin lámina acristalada alguna...
de separación...

Y una...
debería tomar asiento...
unos cinco minutos antes
del momento del cénit...

...a esperarlo...

Porque...probablemente...
no hay nada más bello...
que la espectación
de la espera.

El dulce nerviosismo...
de la espera...

Y sentir el leve...
y tierno cosquilleo
de saber...
que el gran momento
se acerca...

para gradualmente...
disfrutar
del espéctaculo natural...
con absolutamente todos
y cada uno...
de todos los sentidos.

Porque el crepúsculo...
tiene ese algo de magia...
y de majestuosidad sublime
que le rapta a una el habla...

Igual como lo tienen...
esas canciones...
que sin saber muy bien
el motivo...
se quedan por unos minutos
con el alma de una...

...suspendida en vilo...

para devolvérsela...
de nuevo...
vibrante de emoción.

Y debería ser recetado...
además...
empaparse
y embeberse del crepúsculo...

degustarlo...
sorberlo...
paladearlo...
saborearlo...
masticarlo...
y comérselo incluso...

Leer su pixelación cromática...
con la retina...
con la médula...
con los poros...
con la tráquea...

con las yemas de los dedos...
y la planta desnuda de los pies...

Para ser...
durante el breve espacio
de tiempo...
en que acontece...

...nada más que crepúsculo...

Parte humana del crepúsculo.
Parte maravillada
asombrada
boquiabierta
embelesada
hipnotizada
anonadada
arrobada
enamorada
del crepúsculo...

...Y nada más...